Queridos Reyes Magos.
Este año… Me parece que he empezado por el final.
Sí, eso me ha pasado. La verdad es que no tengo edad para que la carta de los Reyes Magos sea lo primero que haga de cara a las Navidades, es más, hace años que no escribo una carta a los Reyes Magos y si me apuráis, hace años que no escribo una carta en general.
Después de este galimatías de palabras, voy a ser más clara.
He tenido un renacer navideño, pero no un renacer loco, no.
Puede que alguien desconozca esa sensación, tenéis suerte. Nos movemos por inercia y no somos conscientes, muchas veces, de la dinámica que genera estas fiestas, que acaba siendo en ocasiones “sota, caballo y rey”, no digo que no sepamos disfrutar de ellas, tengo la sensación de que el comienzo es muy bueno y luego se va transformando en un no darnos cuenta y pasar la situación. Se acabó.
¡Quiero unas Navidades preciosas y tranquilas!
¿Tranquilas?
Sí, la tranquilidad me hace ver las cosas como realmente son, tomar conciencia real, lo cual no significa estar sin hacer nada. Es saborear cada momento, dar las gracias( cada cual a su manera) por poder vivir, vivir las cosas bonitas que tenemos a nuestro alcance.
El sentimiento real, el motivo real de las Navidades es el nacimiento de Jesús. Cada uno lo dimensionará según su corazón y fe le dicte y tendrá el peso que deba tener.
Cabemos todos de una manera amigable, malos rollos fuera, ya no estamos para eso.
¿Por qué las quiero preciosas?
También es sencillo, como a todos, las cosas me tienen que encantar, es que si no, no me sirven. Me gustan las conversaciones que acerquen a las personas, aunque estemos en desacuerdo. Me gusta que me enseñen , me gustan las sobremesas agradables y eternas, oye, y si cae un anís con un mazapán, bienvenido sea, y si sólo tengo un ratico precioso, por los motivos que sean durante todas las Navidades, sólo por ese ratico, habrá merecido la pena.
Pero no, busquemos más. Voy a tener la habilidad de sacar al camaleón que llevo dentro (es que me dijeron que lo era y tenía que colocar la palabra en algún sitio) y que tod@s llevamos para darle un giro a todo:
¿Que tengo un compromiso al que no me apetece ir?, dale la vuelta y seguro que sacas algo bueno.
¿Que tienes que trabajar en alguno de los días festivos?, será siempre para bien, muchos te lo agradecerán
¿Que tienes que pasar algunas de las fiestas señaladas solo por algún motivo?, tristezas fuera.
Da un salto, actitud positiva, se puede. No permitamos que nadie ni nada nos desmonte ese rato de soledad que sí se puede apreciar y valorar.
Y si hay niños pequeños, qué decir, aquí lo siento mucho, no paso una. La sonrisa nunca hay que perderla, ellos hacen las situaciones especiales, diferentes, lo viven como son, desde el corazón.
La vida es complicada y rara, debemos ser capaces de pararnos y decir, ahora, no. Ahora un rato, un tiempo de baile, risas, comidas(copiosas o no).
Por cierto, si me veis por la calle con cara sonriente, os podéis ir acostumbrando, así va a ser, no me vais a dar el día, en todo caso a más y mejor.