El otro día estaba dando un paseo con una persona no muy cercana y una pregunta o más bien una afirmación, me hizo pensar sobre mí, sobre la imagen que proyectamos y sobre todo por la importancia o no que le dan los demás a esa forma de ver las cosas. En una palabra: juzgada, me sentí juzgada. Y está claro que no para bien. Expongo los hechos. El paseo por la calle rezumaba amor, todo lleno de corazones, San Valentín ha llegado y a algunos parece que les molesta. A mí, no.
-¿A ti todo esto de San Valentín como que no, verdad?
-A mí el bueno de San Valentín no me ha hecho nada.
Yo que las pillo al aire, me di cuenta que no, que San Valentín no. Y debía pensar lo mismo que esa persona básicamente porque estaba en posesión de la verdad absoluta.
-¿Y qué tiene de malo que te haga ilusión?
-Nada, pero es una tontería.
-Si no es nada, no es una tontería.
Su cara me hacía ver que él pensaba que yo (vaya lío) había caído en la trampa comercial y él/ella por alguna razón suprema actuaba de forma correcta.
¿Pero qué más os da?
Qué tiene de malo que a unos cuantos “ingenuos” nos haga ilusión este día. Que nadie os obliga, que no tenéis que sentiros mal, que no pasa nada si le decís a la persona que queréis que os parece una tontería. Pero pensad que a lo mejor a vuestra pareja sí le agrada y simplemente calla. Y por favor, ya está bien eso de no me hace falta este día para regalar algo.
Ya sabéis, no juzguéis, nosotros también sabemos pero no entramos en los gustos de los demás. Además, que aunque febrero sea el mes del amor y el mes más desapacible del año, ya se intuye la primavera. Este año desgraciadamente está haciendo muy buen tiempo pero climatológicamente hablando es nefasto. Los almendros en flor nos van desperezando, va apeteciendo ir más ligeros de ropa, disfrutar de la paleta de colores del campo, todos los años igual pero nunca aburrido, siempre es agradable.
Y claro, es tiempo de celebraciones y de prepararlas. En los escaparates vestidos de comunión, las familias en mayor o menor medida preparando lo necesario. Apetece, y más después de dos años de pandemia, creía que no la iba a mencionar pero la realidad manda.
No sé por qué las tiendas de novia las veo más bonitas, los vestidos, los complementos, todo me parece ideal para cualquier estilo de novia.
Imagino las ganas de todos los que van o vamos a participar en estos eventos. Ganas de salir, de ilusiones nuevas, de centrar la atención de una vez en algo luminoso, sobre todo si has sido de las que han tenido que anular o aplazar.
Así que me permito un poco de frivolidad porque esto no va a hacer desaparecer lo pasado.
Quiero pasear con mis amig@s, con mis hij@s, con mi familia. Quiero ponerme bonita con un vestido precioso, ya está bien de chándal. Quiero ver novias, invitadas y madres radiantes.
¿Vais en vaqueros?, da igual, ya me da igual todo, pero radiantes.
BESOS, SIEMPRE BESOS. NUNCA ESTORBAN Y TE PONEN GUAPA.
Fdo: Blanca Radiante.